ARCOS QUEBRADO, DESIDIA EN EL VESTIGIO ROMANO

 

    Pese a estar catalogada nivel 1 de protección en el plan general de ordenación urbana desde 1992. El acueducto romano o bizantino ubicado en la zona de arcos quebrados ya no existe. Nuestras autoridades municipales durante años, lo han dejado en el más absoluto olvido, abandonado, sin la protección que se debería haber tenido.

Su finalidad, tal y como difunde la página de la Consejería de Educación, Cultura y Mujer era para el abastecimiento de aguas, por lo que es muy posible que en tiempos de los romanos se resolviese parte del problema con la captación de las aguas del arroyo de las colmenas, que en aquellos tiempos debió ser suficientemente caudaloso, que las llevaría a través de un acueducto, bordeando el litoral de la bahía sur hasta el centro de la población, tal y como lo describe al bakri en el siglo XI. Hasta fechas recientes, se conservaba un pilar con el arranque del arco central que salvaba el cauce del arroyo, las bases de otros dos arcos laterales y un tercero que alcanzaba el nivel superior del terreno pero fue parcialmente destruido y en la actualidad apenas quedan en pie algunos de sus paramentos.

En un magnífico trabajo de investigación y difusión la asociacion ceutí Septem Nostra, publicó, un interesan estudio sobre este vestigio y su destrucción. Corría el año 2001 cuando se decidió urbanizar Loma Colmenar y se perdió la primera oportunidad del milenio. En los años ochenta del siglo pasado, alguien en cuyo terreno se encontraba el acueducto romano, derribó parte de las arquationes; los arcos que sostienen el canal por el que discurre el agua.

Esas piedras quedaron allí y cuando se comenzaron las obras se luchó para que esa pieza pudiera ser reconstruida. No sólo se hizo caso omiso de las peticiones de Septem Nostra, sino que el acueducto romano quedó enterrado bajo tierra. Pero se podría llevar a cabo una restauración de un monumento a partir de sus materiales originales. Las partes originales que fueron derribadas en los años 80 se encuentran enterradas en el cauce del arroyo. Se trataría de recuperarlos y reintegrarlos en su sitio. Y así, la ciudad podría recuperar unos vestigios del siglo III d.C., además una maravilla de la ingeniería de la edad antigua, como son los acueductos. Para más gravedad, Arcos Quebrados se encontraba bajo la protección del Plan General de Ordenación Urbana, con nivel 1; algo que quedó en papel mojado una vez se comenzaron las obras.

Septem Nostra, en el exhaustivo estudio reclamó su conservación, protección, estudio y difusión del patrimonio cultural… “Hay que entenderla como una obligación moral de la actual generación y un compromiso con las venideras. Corresponde a los poderes la obligación de velar por el cumplimiento de las leyes y normativas de protegen nuestro legado histórico. Para ello, las administraciones han desarrollado un amplio corpus legislativo y normativo que persigue, precisamente, que no se produzcan mermas en la trasmisión del patrimonio cultural heredado. Entre los mecanismos utilizados para hacer efectiva esta obligación de preservar nuestros bienes culturales, el más habitual es confeccionar un listado de elementos a proteger y dotarle de singulares medidas de protección jurídica que impidan su expolio”. Nada de esto se ha realizado en Arcos Quebrado.

Al margen de las figuras de protección jurídica que contempla la ley 16/85 de Patrimonio Histórico Español, en especial las declaraciones de Bien de Interés Cultural, la normativa urbanística obliga a que los ayuntamientos incluyan en sus Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU) un catálogo de edificios a proteger y las normas que establezcan las condiciones de protección efectiva. En el caso de Ceuta, este catálogo, -acompañado de los correspondientes planes y normas especiales de protección-, figura en las Normas Urbanísticas del PGOU (19/08/1992). Entre los  elementos incluidos en este catálogo constan los restos  del “antiguo acueducto romano” de Arcos Quebrados. Dado su interés patrimonial, este yacimiento arqueológico goza de singular protección al ser incluido entre los bienes culturales del nivel 1 de protección. La inclusión del acueducto de Arcos Quebrados en el nivel 1 supone no sólo la protección del propio bien, sino también la de su entorno. Lamentablemente, y a pesar de esta protección urbanística, el acueducto de Arcos Quebrados ha sufrido el abandono, la destrucción indiscriminada y su progresivo deterioro.

SEPTEM NOSTRA COMPROMETIDO CON EL PATRIMONIO

La asociación Septem Nostra, hace muchos años (2004), cuando se llevaron a cabo los trabajos de urbanización de Arcos Quebrados, denunciaron la situación de este importante yacimiento arqueológico, pero nos le hicieron el más mínimo caso. La destrucción del acueducto, que sucedió antes de su denuncia, fue acometida por un señor que tenía una ganadería de cabras unos metros más arriba. El caso llegó a los juzgados, pero el denunciado salió indemne ya que alegó desconocimiento del valor histórico de estos restos y el juzgado estimó su eximente. Los restos quedaron en la misma rambla, por lo que, en diversas ocasiones, han solicitado la reconstrucción del acueducto recuperando sus partes originales que hoy en día siguen enterradas a los pies del acueducto. Esta solución es, es la más correcta y adecuada. En el año 2000, durante las obras de urbanización de Loma Colmenar, se realizaron importantes movimientos  de tierra en el entorno del acueducto de Arcos Quebrados. Como consecuencia de la acción indiscriminada de las máquinas excavadoras se vieron afectadas estructuras relacionadas con este acueducto, documentadas previamente en algunos estudios centrados en este yacimiento arqueológico. Algunas de las estructuras que fueron arrasadas por los maquinas consistían en una pequeña presa ubicada en el arroyo Moral.

EN PELIGRO EL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO DE CEUTA

Desde que hace ya más de 250.000 años un grupo se asentaron en el llamado “Abrigo de Benzú”, nuestra ciudad ha sido un constante foco de atención para cuántos pueblos han atravesado el Estrecho de Gibraltar y han engrandecido nuestra historia, la época imperial romana, la Septem bizantina, fenicios, romanos, musulmanes, portugueses, de cada uno de ellos nos sentimos orgullosos y por ello tenemos que remover la conciencia de nuestras administraciones a su conservación y puesta en valor.

Pero grande es la dejación de responsabilidades las autoridades locales, así como del Ministerio de Cultura, por el gran número de edificios históricos que forman parte del patrimonio arquitectónico de Ceuta y se encuentran en riesgo de que en pocos años se pierdan por su desidia. Y parece que poco les importa pese a que deberían obtener un trato especial al estar declarados  Bien de Interés Cultural (BIC), pero no es así, viendo el estado que se encuentran las edificaciones. Estos vestigios de distintos episodios de la historia de la ciudad tienen actualmente un futuro incierto por la desatención de las administraciones

La relación del patrimonio arquitectónico en peligro de destrucción en nuestra ciudad sería interminable, como ejemplo los más emblemáticos, como el Castillo de San Amaro, el Almacén de Abastos, el Fortín y Batería de Punta Almina, el edificio del cuartel de las Heras, el Fortín del Sarchal o el castillo del Desnarigado, entre otros.

Pese al trabajo ya realizado en conservación, como esa joya de la Puerta Califal o la conservación del Conjunto de las Murallas Reales, necesitamos de una atención permanente, en esos otros edificios que están en peligro y que en su gran mayoría están abandonados a su suerte, lo cual conlleva que entren en un proceso de deterioro progresivo.

Uno de ellos emblemático, es el Almacén de Abastos, patrimonio Cultural describe que esta edificación, constituye uno de los vestigios conservados de la fortificación de la Almina, cuya finalidad fuera servir de punto de almacenaje y logística al conjunto del enclave. Se trata de una construcción alargada y dispuesta en dos niveles. El interior se ordena mediante pilares, cruciformes en planta baja y rectangular en planta superior, que dividen el espacio en tres naves muy compartimentadas. El intenso y continuo uso que ha tenido el almacén de Abastos ha desvirtuado su imagen original, eliminando algunas partes y transformando otras de forma importante

De manera general, las partes primitivas que faltan son las siguientes: Cubierta original, en su inicio de teja árabe, armaduras de madera y par y nudillo, sustituidas por cuchillos metálicos en gran parte de su superficie, carpinterías exteriores y solerías. Actualmente (2010) en proceso de rehabilitación y restauración dirigido por Forja XXI

El Almacén de Abastos se dispone en el extremo oriental del sector septentrional del Conjunto de la Almina. La línea amurallada de este frente discurriría justo al norte de esta construcción, situándose a su altura la batería de Abastos. De este modo el almacén se situaría en primera línea del borde litoral, y en una situación de estrecho vínculo con las obras defensivas.

OTRO MÁS… EL ABANDONO DEL FUERTE DE SAN AMARO

Si existe un patrimonio arquitectónico en peligro en Ceuta es  el Fuerte de San Amaro, que pese a estar declarado BIC, y ser del siglo XVIII, su estado es lamentable. Los bienes de interés cultural tampoco escapan de la desidia de las administraciones. Hace unos meses se incendio y estuvo a punto de derrumbarse el incidente hizo desaparecer su techumbre.

En las referencias del Patrimonio de Ceuta, se refleja que este pequeño fuerte de artillería de costa que estuvo destinado a la vigilancia de la cala y playa de San Amaro, en la costa norte de la península de la Almina, combina dos cuerpos para la defensa de costas.

Por un lado, el más destacado y llamativo, se compone de un tronco de cono ataludado elevado en cuya terraza se emplazaban los cañones a la barbeta, y por otro, una batería terraplenada más amplia con troneras situada por debajo de la anterior unos 7,00 metros.

Al Fuerte de San Amaro se accede desde tierra, por la gola, disponiendo de una portada monumental descentrada y flanqueada por una garita que da paso a un pequeño patio interior con escalera de acceso a la garita.

Es uno de los edificios que forman parte del conjunto histórico de las Fortificaciones del Recinto del Hacho, de los más antiguos del mismo. Se empezó a construir a finales del siglo XVII y su primera función fue el sostenimiento de la Batería de San Carlos. En aquel momento, fue necesario realizar un amplio proyecto de refortificación y defensa de los puntos más vulnerables de la costa puesto que ya se tenían noticias de que era inminente el inicio del cerco de Muley Ismail.

Deja al norte una edificación de dos plantas para dormitorios y comedor de la tropa, desde cuyas ventanas se domina el patio. Un zaguán da paso al edificio principal, con funciones similares al otro cuerpo anexo antes citado, que comunica con la plataforma artillera de planta semicircular y pretil a la barbeta. En la intersección de éste con el edificio en que hacía la vida cotidiana la guarnición se emplazaban dos letrinas, una más grande y orientada al norte, para la tropa, y otra hacia el sur, para los oficiales. Desde este mismo zaguán, a través de un acceso situado al sur se permite la bajada a la plataforma artillera inferior.

Este nivel bajo se encuentra muy alterado y presenta gran cantidad de edificaciones parasitas, que apenas dejan entrever algunos restos de las troneras que se distribuían por la plataforma. De la garita situada en la portada principal parte un lienzo de muralla conservando el parapeto y el adarve en un pequeño tramo, que posteriormente desaparece por los cambios de cota producidos en la Avenida de San Amaro.

 

 

 

 

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